sábado, enero 13, 2007

Todos al tren con la Virtualización.

Las distintas versiones de VMware son:
ESX Server es un producto sensiblemente distinto al concepto manejado por Workstation o GSX Server. Mientras que en las versiones “de andar por casa” la aplicación corre sobre nuestro sistema operativo para poder poner en marcha el VMM (Virtual Machine Monitor), la joya de la corona de VMware, ESX Server, es un sistema operativo en sí, sobre el que instalamos diversas máquinas virtuales, cada una con su sistema operativo.
La escalabilidad de la plataforma es excelente, claro que para ello también necesitamos una máquina la mar de maja, y como mínimo, con doble procesador (dual core vale).
Me gustaría echarle un vistazo serio a Xen, la aplicación de la que todo el mundo habla. El modelo de funcionamiento es parecido (al menos, lo es más que las similitudes que pueda haber entre ESX Server y GSX Server), ya que Xen utiliza un kernel específico para poder aplicar al técnica de paravirtualización, que parece funcionar muy bien , por lo que cuentan por ahí.
Xen en un principio no tira tanto como VMware, sin embargo la reciente aparición de XenSource, que pretende darle alas “empresariales” al proyecto nacido en la Universidad de Cambridge, podría cambiar el panorama sensiblemente, tal y como opinan en algún artículo realmente interesante como el publicado recientemente en CRN. Una de las razones de ese posible éxito es, como siempre, el coste comparativo de ambas soluciones: puede que ESX no tenga parangón en el mundo Windows, pero es realmente cara y Xen es una alternativa realmente válida para aquellos servidores funcionando con Linux, y que no necesitan soporte para los sistemas operativos y productos de Redmond.
Así que las cosas pintan bien en este campo, que está específicamente destinado a sacarle todo el jugo a nuestra máquina, de forma que esos ciclos de reloj que no se usan para nada puedan aprovecharse para otros propósitos. Más interesante se prevee el futuro cuando las tecnologías Vanderpool y Pacifica (de Intel y AMD, respectivamente) entren en juego para dar soporte hardware a la virtualización, resolviendo (esperemos) los problemas que la arquitectura IA-32 ha ofrecido siempre a estos esquemas de virtualización, debido a los modos de ejecución de las instrucciones.

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